martes, 22 de septiembre de 2009

Antichrist - Lars Von Trier

El peligro de escribir sobre una película de un director tan potente como Von Trier es el riesgo de solapar la persona con su trabajo, en este caso Antichrist encuentra su “de que hablar” combinando su sustancia con el mismo personaje que lo creo.


Porque Antichrist es un trabajo de terapia que el director vomito a causa de su estado depresivo, el cual se auto impuso y no tiene reparo en ventilarlo, ni de auto nombrarse “el mejor director del mundo” después de haberse dicho que era “una mierda” porque es Von Trier, por estas implicaciones perpetuas, pasamos mejor a las imágenes en movimiento.
Una pareja (un terapista y una escritora) pierde a su hijo mientras hacen el amor, esto, por resolución convencional los lleva a una depresión la cual tratan de escapar adentrándose a la naturaleza, un bosque el cual provoca terror inherente a la mujer y no puede escapar de ella, pero es parte de la ayuda para superar el trauma. La pareja ya en Edén (el bosque) , tejen una relación de ayuda mutua mezclando corrientes científicas y mezcla de carne, de aquí vemos filosofía pura, reflexión, violencia , sexo, instinto, deseo y pasión.
La atmósfera y el entorno son pesados, densos, no da concesión acerca de una visión mejorada, neblina que cubre la existencia, tal como de los protagonistas, referencias religiosas que pululan en el ser de la pareja tratando de subsistir en ese infierno personal. Y no es simbología rebuscada, es plenamente trémula, una referencia a Adán y Eva corrompidos, consientes de su naturaleza a causa de un pecado (que luego se nos revela por parte de la mujer) donde la culpa carcome su mundo. El caos reina.
Decir que esto es una reseña es una falacia ya que en unos cuantos párrafos no podría señalarse el nivel lírico y atmosférico que en esta película (ciertamente provocadora) abarca, elementos del cine de horror, la violencia, el gore, los espacios cerrados, la amenaza presente pero también una exploración a la depresión, ansiedad y la desesperación.
El filme evoca tantas cosas que van desde el placer y perdiéndose en una estructura teológica compleja. Pinturas que parece cobran vida frente a nuestros ojos (sensación símil que no veía tan fuerte desde Nostalgia de Tarkovsky que, en lo personal la dedicatoria de esta película estuvo de más) no es algo para cualquiera, ni siquiera para los avanzados. Pero el director logro su cometido, con creces, su película fue discutida, muchos ni siquiera aspiran a eso.
"La naturaleza es el hogar de Satán” nos recuerda ella, es por eso que la suya propia debe de ser cortada, de raíz.

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