martes, 17 de febrero de 2009

Zack and Miri Make a Porno (2008)

Zack y Miri son 2 amigos treintañeros que viven apenas con un sueldo ínfimo, comparten la renta y mantienen una relación lo más cercana a dos hermanos, todo va bien relativamente hablando, hasta que son invitados a una fiesta de graduados de secundaria. Motivante perfecto para los gringos y realizar un agente de cambio, la gran mayoría de sus compañeros han avanzado en lo que común y socialmente se le llama progreso laboral y sentimental. Preocupados por la dirección en lo que va su vida (y el pago de la renta) deciden algo drástico después de conocer a un opulento par de actores de pornogay: realizar una película pornográfica amateur para salir de sus deudas.

Con un buen inicio en la historia y los suficientes argumentos para desarrollar gags efectivos, Kevin Smith reúne a personajes de característica irreverencia de su filmografía para jugar con la audiencia frente a momentos incómodos, diálogos ingeniosos y decisiones morales frente a situaciones desesperadas de los protagonistas.

Abarcando ementos tan en boga en nuestros días como el uso del internet, videos y el “user-generated-content” versión porno, el guión trabaja bien la primera mitad en el conflicto de los protagonistas y los avatares para llevar a cabo la producción (una parodia de La guerra de las galaxias llamada Star Whores). Sin embargo vemos el pronóstico hacia el inevitable conflicto amoroso que se recurre cuando Miri y Zack les toca hacer su “escena” y las consecuencias de intercambiar parejas dejando entrever los verdaderos sentimientos de cada uno.

¿Hay maldiciones? Claro que sí, estamos hablando de Kevin Smith, ¿Escatologías? Lo mismo ¿Sexo? Si y mucho pero llega al punto donde te tomas el tiempo si lo que ves es ofensivo o justificable por lo tanto, no es gratuito (bueno, quizás un poco). Que, probablemente esa sea su mayor virtud, sacar a relucir los tópicos "sucios" como el sexo, la desnudez, lo escatológico y aquello que vivimos en la vida cotidiana al convivir con una pareja sin quitar lo "romantico" de la situación.

Puntos extras al director de realizar algo diferente a los convencionalismos de las comedias románticas sin dejar totalmente todas las bases (hasta el personaje gay tenemos acá) que sin embargo cae en el error de mantenerse a respuestas que vienen con el paquete dejando un línea algo predecible pero disfrutable al cuestionarnos que tipo de película acabamos de ver.



martes, 3 de febrero de 2009

Slumdog Millonaire

Danny Boyle ya ha dado pruebas fehacientes de que los géneros le va y viene, para un servidor que todavía se lamente no haber visto la recomendadisíma Sunshine se está volviendo un director para ponerlo en el radar próximamente (si, no lo tenía todavía).

Slumdog Millonaire se erige como un tributo a las películas de Bollywood que igual puede compartir un argumento revisado hasta el hastío como es el tema de alcanzar el amor verdadero como frases que llegan a la médula como lo es “es el destino, el estar juntos” o quizás sea un pinche amargado.


El punto es que la película promete pero reconoce que es un ente extraño en la carrera por el Oscar. Es una película británica filmada en idiomas inglés e hindi con un reparto casi nulo en los reflectores de los medios pero con una producción impecable.

El argumento inicial puede ser algo confuso y que lleva a preguntas hasta el más superficial del espectador lo cual es un efectivo gancho que atrapa, un chico pobre de barrio que esta a segundos de volverse millonario en un programa de concursos. Esto es solo la premisa inicial, el background es la sustancia jugosa, Boyle construye pequeñas historias en medio de cada pregunta para relatar la experiencia del protagonista, esas respuestas que vemos en nuestra convencional vida diaria (llena de violencia o no) que sin embargo ayudan a avanzar en el juego de la vida (ugh!), con esto en mente no nos percatamos del blanco del director que es el amor. Así, derechito.

Pero la película cumple, y con creces, una grandiosa fotografía, un gran soundtrack, un casting hecho para derretir corazones (en especial las escenas con los niños), una galería de personajes y ambientes característicos de la India no precisamente para el turista (como la memorable y escatológica escena del baño portátil) comparten la violencia, los conflictos sociales, la delincuencia y la reiterada explotación infantil se encuentran, si bien , no en forma de denuncia, lo suficiente para que no la pasemos desapercibidas y sin escuchar un discurso moralista de parte del guión.

Fincher, Van Sant, Boyle… Howard y Daldry ya chole. ¿Y Lumet?