miércoles, 12 de marzo de 2008

The Darjeeling Limited o La guía del viajero espiritual

Tenía buen rato con The Darjeeling Limited (Viaje a Darjeeling, Wes Anderson) acumulando polvo en mi carpeta de discos, la veía de reojo esperando a que algo me motivara para levantarme y ponerla en el reproductor ¿valdría la pena el levantarme? ¿ tendría sentido ver otra historia familiar a las que nos ha venido acostumbrando Anderson en cada entrega? ¿A quien culpara esta vez?, bueno, es obvio que al padre, sin más preámbulos, decidí de una vez por todas a verla.

Al principio, el escenario fue familiar, Bill Murray hace su aparición en un taxi tratando de conseguir su viaje por tren al que no llega a tomar, esta singular parte, como si el director jugara con el espectador con su actor fetiche que nos lo presenta derrotado por el tiempo y quedándose atrás de Adrien Brody quien corriendo a su lado si consigue llegar al tren.

Con esta simple escena fue suficiente para no moverme en toda la cinta, pronosticaba que Anderson crearía su obra más simbólica en cuanto a contexto y entorno y creo que no me equivoque: 3 hermanos que no se ven desde la muerte de su padre se juntan para realizar un viaje espiritual con Francis, su multimillonario hermano mayor y Jack el siempre descalzo y excéntrico escritor.

Lo que parece ser un turístico viaje para limpiar sus almas y reforzar la unión, va desenvolviendo una maraña de emociones escondidas que anteceden al fin ulterior de Jack: encontrar a su madre. Con tales fines y peculiares personajes no hay mejor (y más espiritual) lienzo para plasmar esto que un lugar como la India.

Con conflictos con un nivel de crudeza similares a Los Excéntricos Tenenbaums , el director expone las personalidades con su peculiar estilo visual, manierismos y comportamientos con cierta dimensión surreal, respuestas nada convencionales son las que se verá aquí.

Cabe señalar los cómicos esfuerzos de Jack para instigar a sus hermanos a unirse unos a los otros, tiernos dirán unos, patéticos les diré yo. Esto, claro está, sin minimizar el concepto, todo funciona como una maquinaria donde Anderson le da a sus actores el engranaje necesario para crear esa sensación de que en verdad están haciendo algo totalmente inútil pero conforme avanza la película notamos naturalmente la reducción de enemistad entre los 3 y al forma de sobrellevarlos, vaya, menos caricaturesco que La Vida Acuática.

No es difícil ver la maestría de Anderson con la que crea películas y The Darjeeling Limited ayuda a reafirmarlo aunque ocupando ciertos convencionalismos, como cámara lenta, los travelings circulares y lo pegajoso de la banda sonora, deja entrever una estela de estilo teatral específicamente en escenas del tren, estos se complementan de manera uniforme a causa del aspecto visual y un guión sólido por lo que no hay que pedir mucho respecto a la historia, que a mi ver, debió haber estado en la contienda de el Oscar en vez de Juno.

Respecto al título, quizás fue intencional que los traductores la hayan titulado “Viaje a Darjeeling” (que no creo) ya que no hay lugar en toda la película que se llame Darjeeling, salvo claro, el tren mismo, donde puede evocarse el simbolismo que Anderson le quiso dar al espectador imponiéndose mucho más al final y esa “liberación” familiar.

miércoles, 5 de marzo de 2008

Juno y la fuerza vital... del diálogo

Juno tiene 16 años, tuvo su primera relación sexual en un sillón, desgraciadamente algo salio inesperadamente, queda embarazada y ahora tiene que decírselo a sus padres.

Por encimita, esta es la historia perfecta para un drama que podría caer en blandito en “Lo que callamos las mujeres” (¿todavía dan eso?) pero en vez de lo anterior, el guión fue realizado por una ex stripper y se fue derechito al Oscar para ganar técnicamente Mejor Guión.

Y en si ¿qué es lo que tiene de especial? En primera instancia tiene carisma, harta carisma empezando por una acertada selección de actores que dan un balance muy bueno entre los diálogos, las escenas y la personalidad de estas mostradas en pantalla, El desenfado en cuestiones como el aborto, las adopciones, las confesiones familiares, un ritmo ágil que con precisas situaciones sea accesible para todo mundo escudándose en el concepto de indie y cool, las muchísimas referencias a la cultura pop que van desde el fanatismo por Dario Argento e Iggy Pop y la obvia razón, la protagonista, Ellen Page que, haciéndole honor a su nombre prueba las consecuencias del estar en un momento de ocio con su novio y justificando su acto con buena dosis de cinismo agradecido.

Pensando cuales serían los puntos flacos de Juno es quizás apuntando donde tiene su mayor bondad, cuando recién la vi, el estilo del guión creí que recreaba un “Dawson’s Creek” con mayor factibilidad para la interacción de los personajes, que sabían todas las respuestas desde lo burdo hasta lo existencial y que presentaban mas (e interesantes) interrogantes que la plastificada serie de ñoños. Pero al reflexionar sobre el desarrollo de la historia todos los personajes dan ese break que da un balance entre lo que sienten, dicen y hacen.

Salvo algunos clichés, estas caracterizaciones son los justos y necesarios para hilvanar una historia sencilla pero bien hecha: La madrastra centrada y experimentada de Juno, el padre resignado e irónico, la hermanita ocasional para reafirmar la clase media de la familia, el contrastante novio, la amiga-bitch pero buena onda y la pareja sin hijos reprimida. Se podría profundizar en el papel de los personajes pero quedaríamos en las mismas.

Juno no es la mejor película del año, es exigente en su calidad pero a su modo y es mas que suficiente para sobresalir por méritos propios y de forma indiferente.