martes, 2 de septiembre de 2008

Reygadas en el Cielo


Sin querer (bueno, es un decir) he seguido lo que hasta ahora es la filmografía de Carlos Reygadas: Japón (2002), Batalla en el Cielo (2005) y la hypeada Luz Silenciosa (2007) esto se me hace curioso ya que sin ser malinchista se me han pasado las producciones nacionales mas “prometedoras”. Pero con este tipo pasa algo curioso, sin ser encantadoras las historias elucubran grandes ideas desprendiéndose pedazo a pedazo…ugh. Sus películas son fotografías magistrales, no podría decir que en movimiento ya que prefiero recordarlas así. Aquel que recuerde por lo menos 2 películas de Reygadas sabra a lo que se atiene. Con Japón el director empezó a tomar vuelo para que, con Batalla en el Cielo encontrara la altura perfecta para volarse la barda y caer plantado, firme y muuuuy cómodo con Luz Silenciosa llegando al peligroso campo de la apreciación contemplativa. Tal barda con la que chocaba y sentía como las imágenes rebanaban el cerebro y terminaban en capas pidiendo más y mas.

Con esta última, Reygadas trato de dar un poco la vuelta a las curvas del cuerpo humano y sus contornos para enfocarse al sentir del engaño y la traición de una pareja menonita en el norte de México. Claro está, no deja de ser conmovedora y se centra en la pureza de los sentimientos de los personajes. En una entrevista, el director preciso que no le gustaba la concepción hollywoodense de que un buen cine tenía que casarse con una buena historia, aún cuando esto lo sabíamos desde los inicios del cine experimental, se encargo de echárnoslo en cara contemporáneamente, sin embargo, las películas de Reygadas si tienen historia, a veces reiterativa o solamente o puesto en un entorno lo suficientemente fuerte para que raspe la piel (un pueblo en Japón, la vacuidad urbana en batalla en el Cielo y la granja aislada en Luz Silenciosa) y se convierta en un protagonista mas del mundo de Reygadas.


Los personajes son únicos y (como es costumbre) lejos de toda galanura que vemos comúnmente en propagandísticos posters de películas comerciales, el dialogo es ínfimo e intimo, la luz es masiva y con grandes silencios, los momentos son naturales y conocidos, los actores desconocidos pero que llevan gran cotidianeidad, todos llevados de una historia sumamente conocida (la infidelidad y los valores a los que se enfrenta el protagonista) y que solo sirve de hilo conductor al final de la película que no convence mucho y se queda a medio cocer (a pesar de su duración).

En la misma entrevista arriba mencionada, Reygadas dice que se encuentra triste por el hecho de que en México se le etiqueta a su película de ser elitista, pero no económica ni a la intelectual, sino de ser exclusiva a aquellas personas con sensibilidad humana. Carajo Carlitos, hasta el esnobismo más común quieres cambiar. Esperamos ansiosamente el próximo trabajo.