Alejándose de la luz y color de Big Fish y Charlie y la fábrica de chocolates para entrarle de lleno a una oscuridad del tipo de Sleepy Hollow pero más densa, Burton se mantiene fiel a su estilo especialmente en escenas abiertas y recordando sus fetiches predilectos por los cuadros, las líneas en los personajes y el “viaje” de los créditos, Sweeney Todd se mantiene por los elementos anteriormente mencionados y por uno de los puntos fuertes que es la ironía de los personajes principales (Depp y Bonham Carter) trastornados y necesitados cómplices que le dan un gran plus al filme para llevarle la corriente a través de expresiones faciales, la proyección al momento de vocalizar y el movimiento corporal de los intérpretes para darle la suficiente consistencia para llevar a cabo la resolución . Con ciertos baches que en lo personal creo que rompen con el ritmo de la película para dar paso al género seleccionado que es el musical pero sin llevarlo al hartazgo, hay que abrirse a la posibilidad de que en cualquier recibiremos bastantes tonadas de la exitosa obra en la pantalla grande.
Aunque el filme no es malo en absoluto y se erige como la obra más “adulta” del director, se siente algo cansado el encontrarse con demasiados elementos familiares del mismo al grado de querer olvidar que se trata de un trabajo de Burton y dejar paso a las actuaciones para tratar de sorprendernos con una historia sólida y concisa.
Sweeney Todd es una película de Burton (y la más sangrienta), con todas sus pasiones, estilo visual, y personajes excéntricos como dicta el manual. Sería refrescante que el realizador aumentara sus opciones a futuro y dejar por un lado las adaptaciones, claro, esto después de que haga Alicia en el Pais de las Maravillas, su rumorada nueva producción para el 2010, esa si la quiero ver.
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